El Paseo de Reding de Málaga es una amplia avenida de 450 metros de largo que discurre por la zona oeste del centro de la ciudad. Desde la plaza de toros de la Malagueta hasta la subida al Castillo de Gibralfaro, este majestuoso paseo es todo un museo al aire libre de la arquitectura típica de la burguesía del siglo XIX, entrelaza con construcciones más modernas propias del fuerte impulso turístico que tuvo la zona a partir de los años 60.
En este peculiar skyline destaca por su ubicación y extensión la finca que alberga la elegante y atemporal construcción del Gran Hotel Miramar, un establecimiento de categoría cinco estrellas gran lujo, perteneciente a la cadena española Hoteles Santos y al selecto grupo de hoteles miembros de Leading Hotels of the World. Si la fachada principal mira hacia el Paseo de Reding, su fachada posterior lo hace hacia la playa de la Malagueta y al mar Mediterráneo.
Originalmente construido como hotel a principios de sigo XX y con una interesante historia desde su inauguración en 1926, a lo largo de los años ha acogido a diferentes casas reales europeas y festividades de alta nobleza, ha funcionado como hospital de campaña durante la Guerra Civil española y, hasta su historia más recientemente, como sede del Palacio de Justicia.
A día de hoy, es uno de los establecimientos hoteleros más emblemáticos de la ciudad andaluza y es parte esencial de ella, postulándose como el hotel de referencia en la ciudad y uno de los más atractivos de toda la Costa del Sol.
Un hotel como un palacio
El gran patio central que da la bienvenida al visitante y alrededor del cual se articula la vida del edificio es el espacio protagonista. El llamado Lobby Real fue diseñado con la pureza geométrica de un claustro renacentista, tomando numerosas referencias de estilos como el romántico, ecléctico, barroco, nazarí…, que el arquitecto Guerrero Strachan supo combinar con una delicada elegancia.
Dispone de 190 habitaciones y suites de diferentes categorías y con estilos muy variados: árabe, mediterráneo, clásico, mudéjar y nazarí. Cada una de ellas ofrece todas las comodidades que garantizan el perfecto descanso de los huéspedes, rodeados de encanto y glamour.
El Botanic Spa by Sisley es el lugar perfecto para despertar los cinco sentidos y vivir un mundo de sensaciones holísticas. Combina la tradición morisca con el uso de productos naturales de la prestigiosa marca Sisley en una selecta oferta de masajes y tratamientos.
Oferta de restauración
La gastronomía en Gran Hotel Miramar también cobra especial relevancia. Actualmente cuenta con tres restaurantes según temporada y una maravillosa terraza con vistas al mar desde donde degustar diferentes tipos de cocina y una amplia selección de bebidas nacionales e internacionales, el lobby Bar y las mejores vistas de la bahía de la ciudad desde el chill out Media Luna.
La joya es el elegante restaurante Príncipe de Asturias, con grandes ventanales desde los que observar el mar Mediterráneo. En él se puede disfrutar de una exquisita cocina elaborada con productos de altísima calidad, con un menú diseñado por el chef Diego Nicás.
En el corazón de Málaga
Gracias a su excelente ubicación, desde Gran Hotel Miramar es posible descubrir todo el esplendor de Málaga, ciudad sinónimo de cultura, buen tiempo y diversión. El litoral malagueño es pura diversión, con playas tranquilas y una amplia selección de bares y restaurantes.
Los amantes de la cultura y la historia pueden visitar el Museo Picasso Málaga y monumentos como la Alcazaba, el Teatro Romano, el Castillo de Gibralfaro y la impresionante catedral.
Y los enamorados de las compras, no pueden perderse un recorrido por las tiendas tradicionales de las calles Larios, Alcazabilla, Álamos, Carretería y la ribera del Guadalmedina.