La bicicleta eléctrica llegó a Panamá para convertirse en una alternativa de transporte más ecológico, económico, eficiente y saludable, y con el objetivo claro de recuperar el espacio arrebatado por carros y motos.
La bicicleta eléctrica es la evolución de la bicicleta convencional y se ha convertido en una herramienta que, además de servir para desplazarse, promueve otros aspectos importantes en el plano social, medioambiental y comercial. De hecho, en Panamá el mercado de la bicicleta eléctrica forma parte de la industria de movilidad urbana sostenible que empieza a despertar el interés en diversos sectores de la sociedad panameña, interesados en un negocio que une el componente de tecnología eco-amigable con unos diseños para todo tipo de persona.
El representante de la franquicia ElectroBike, Edgard Salazar, señaló que “la apertura del mercado local surge de la necesidad de ofrecer un transporte alternativo que mitigue la contaminación ambiental y la aglomeración del parque automotriz del país, motivo por el cual decidimos abrirnos paso en este mercado, con una moderna iniciativa de movilidad”.
“En Panamá nuestro negocio gira en base a cinco modelos de bicicletas eléctricas, con características como motor asistido de 30 a 40 kilómetros, velocidades que oscilan entre los 30 y 40 kilómetros por hora, batería Ion Litio de 110V de recarga y diseño dinámico, moderno, plegables, de paseo, montaña, urbana o de carretera”, agregó Salazar.
“Mantenemos un diseño idéntico a las diferentes bicicletas convencionales, la principal diferencia o mejora es que las bicicletas eléctricas están compuestas por un sistema de pedaleo asistido impulsado por energía recargable, de forma que podemos usar nuestra propia potencia para el impulso y movimiento, o bien podemos optar por el uso de esa potencia extra que nos da el sistema eléctrico”, concluyó.
Las bicicletas eléctricas ofrecen comodidad y facilidad de uso para cualquier tipo de actividad, independientemente del nivel de forma física o de la ropa utilizada, lo que las convierte en la mejor alternativa de movilidad para actividades como el reparto a domicilio, mensajería, hotelería, turismo y seguridad pública y privada, entre otros, debido a sus bajos costos de inversión y mantenimiento.
Panamá es uno de los países más seguros de América Latina para realizar desplazamientos con bicicletas eléctricas; tal y como lo revelan las estadísticas locales: Existen más de setenta mil vehículos de dos ruedas y solamente el 4% de los accidentes de tránsito a nivel nacional son ocasionados por este tipo de vehículos.
Según datos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, las emisiones de CO2 de un automóvil son alrededor de 40 veces superiores que la de una bicicleta eléctrica. Con el remplazo del automóvil por una bicicleta eléctrica para distancias cortas, se está protegiendo el medio ambiente, al tiempo que se viaja de forma tranquila, económica y eficiente.