La belleza y la rica historia de Venecia han conquistado durante siglos el corazón de viajeros y turistas de todo el mundo. Sin embargo, más allá de la magia de sus canales, monumentos emblemáticos y su atmósfera romántica, la Serenesíma destaca actualmente como destino gastronómico predilecto.
En este contexto, la ciudad se erige como hogar de restaurantes de renombre como el nuevo Palais Royal Venezia, un templo culinario liderado por el aclamado chef internacional Philip Chronopoulos, distinguido con dos estrellas Michelin en París, que abrió sus puertas el pasado 17 de abril.
Ubicado en la tercera planta del histórico edificio de la Bolsa de Valores de Venecia (actual hotel Nolinski), a pocos pasos de San Marcos y La Fenice, Palais Royal invita a sus comensales a un viaje a través de las cocinas francesa, italiana y griega. Una experiencia sensorial única en un entorno de elegancia y sofisticación que promete conquistar a los paladares más exigentes.
Construida en torno a una selección de piatti italianos, la carta reinterpreta las especialidades de la región de Botte, como el hígado de ternera a la veneciana o las alcachofas con un toque especial. Asimismo, Chronopoulos otorga un lugar especial al marisco, procedente directamente de la lonja veneciana, convirtiendo a las cigalas, los bogavantes y el pulpo en protagonistas de su propuesta.
El diseño de este exclusivo establecimiento, firmado por Yann Lecoadic & Alessandro Scotto, evoca la grandeza del Grand Siècle, siguiendo los pasos de su homónimo Palais Royal París. Con capacidad para 30 invitados, el nuevo restaurante del grupo Evok ofrece una atmósfera íntima y majestuosa en el que la cena se concibe como una ópera gastronómica donde la cocina es la protagonista.
El salón, ubicado en la antigua Cámara del Consejo de Venecia, se ha concebido como un espacio que busca transmitir a sus invitados la sensación de formar parte de una función. Así, su cuidado interiorismo transporta a los comensales a un antiguo teatro en el que los imponentes arcos de estilo bizantino simulan los pasillos de entrebastidores, apliques de 1950 iluminan el espectáculo y bancos de terciopelo dirigen la mirada hacia el centro del comedor, que se convierte en escenario.
Mediante esta nueva apuesta gastronómica, Philip Chronopoulos aspira a alcanzar de nuevo el firmamento, buscando añadir una nueva estrella a su ya distinguida colección. Una meta que el chef persigue conseguir a través de un servicio excepcional, un entorno de lujo y sofisticación y una propuesta culinaria que fusiona lo mejor de sus raíces griegas con la rica herencia de la cocina italiana y francesa.
