Fundación Markoptic y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se unen en la fabricación de una novedosa micro-válvula que podría reducir los efectos del glaucoma.
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud, el glaucoma es la segunda causa mundial de ceguera, después de las cataratas, aunque actualmente, para este último padecimiento, sí existe cura. Se estima que 4.5 millones de personas en todo el mundo son ciegas a razón del glaucoma, que en algunos casos es causado por el aumento de la presión en el ojo, lo que ocasiona un daño al nervio óptico. Este nervio, es el encargado de enviar las señales que percibe el ojo hasta el cerebro. En la retina, que es la capa más delgada del globo ocular, se encuentran los fotorreceptores, que transforman la percepción de la luz en impulsos eléctricos que viajan por el nervio óptico. Si el daño del nervio óptico perdura por mucho tiempo, causará gradualmente la pérdida de la visión.
Por lo anterior, investigadores de Fundación Markoptic desarrollaron un dispositivo microscópico que podría reducir la presión intraocular y evitar que la condición se convierta en una discapacidad más grave. Para la fabricación del dispositivo, comenzaron una colaboración con el Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (LaNSBioDyT) en la UNAM, debido a que estos últimos, tienen la experiencia y las instalaciones para la microfabricación.
El Lic. Manuel Gallardo socio-fundador de Fundación Markoptic, es quien concibió la micro-válvula a partir de su padecimiento. Sufrió glaucoma al nacer y perdió la vista hace 13 años, a pesar de cinco trasplantes de córnea. El diseño que inventó está inspirado en un motor de combustión interna de un avión. La réplica modificada y miniaturizada se desarrolló para expulsar el humor acuoso del ojo, liberando la presión ocular; al mismo tiempo, la micro-válvula utiliza un resorte para controlar el flujo constante y la presión intraocular de manera similar a la válvula de admisión de un motor de gasolina.
El dispositivo consta de tres componentes: una estructura de válvula con salida de líquido, un resorte flexible y la carcasa de la válvula que mantiene unidas las partes. La válvula tiene solo 300 micrómetros de diámetro y es muy difícil de fabricar con técnicas tradicionales a esta escala.
Sin duda, esta alianza marca un precedente que ofrece una esperanza a millones de personas en el mundo.