Durante este tiempo de confinamiento o cuarentena, es fácil sentirse desorientado o sin patrones claros a seguir en cuanto a cómo alimentarnos adecuadamente, e inclusive la actividad física que antes se nos daba tan fácil, puede parecer ahora todo un reto.
Con el objetivo de orientarnos sobre cómo mantenernos en óptima salud en tiempos en donde nuestro sistema inmunológico debe estar fortalecido y apto para realizar los trabajos tanto domésticos como de teletrabajo, la experta Patricia Vial, Gerente de Nutrición, Salud y Bienestar de Nestlé Centroamérica, nos ofrece los siguientes consejos:
Préstale atención a tus horarios de comida
Al verse la actividad física reducida, también el contenido calórico de nuestra ingesta diaria debe reducirse al menos un poco.
En este sentido, Patricia Vial, recomienda que se reduzcan las cantidades de carbohidratos, sobre todo en horas de la noche.
“Nuestra comida principal debe ser el almuerzo y no la cena. Pero para no sentir hambre tan temprano, una buena opción es almorzar un poco más tarde, tipo 1 o 2 de la tarde y luego tomar una cena ligera”, agrega.
Cuidado con los snacks
La experta enfatiza que, al estar en casa sentados o acostados, nos podemos ver tentados a consumir meriendas de alto contenido calórico como chips, galletas, bebidas gaseosas o jugos azucarados. Estos alimentos los podemos reemplazar por algo más ligero como la fruta o vegetales picados, como la zanahoria o el apio en tiras.
También existen galletas saludables y ricas en fibras como las de avena integral, pasas, miel, etc. En cuanto a bebidas, una alternativa muy saludable son los tés sin azúcar o con poca azúcar.
Mantener la rutina
Hay que tratar de mantener la rutina que nuestro cuerpo tenía antes del confinamiento, tratando de, como mucho, levantarnos media hora más tarde. Para activar nuestro cerebro, es importante bañarnos, vestirnos y sentarnos a trabajar, no estar en pijama todo el día. Esto nos ayuda a mantener un poco más el control y el ánimo.
“Es necesario darnos pequeños descansos para estirar, realizar ejercicios o yoga para mantener nuestro cuerpo activo: también descansar nuestra vista. Quedarnos hora tras hora sentados no es bueno para nuestro cuerpo”, explica Patricia Vial.
Estableciendo una rutina de ejercicios
La cuarentena es una excelente oportunidad para ponerse en forma. Los que ya tenían una rutina de ejercicios, deben mantener su horario. Por ejemplo, si es una persona que entrena todos los días de la semana, debe seguir la misma rutina que está acostumbrado seguir.
“Si no estamos acostumbrados a realizar ejercicios por nuestra cuenta, existen actualmente muchas aplicaciones para el teléfono, laptop o tableta, que nos ayudan a realizar rutinas muy eficaces de 30 minutos diarios y cumplir metas específicas como quemar grasa, más fuerza, mayor balance, estimulación energética, entre otras”, recomienda la experta.
“Mantener un buen estado físico es crítico para el sistema inmunológico, así como lo es el mantener el peso adecuado. Debemos ejercitarnos al menos 30 minutos diariamente”, agrega.
Un sueño reparador para mantener la salud física y mental
Es imprescindible dormir las horas que el cuerpo necesita, de 7 a 8 horas por noche.
Durante las horas de sueño, específicamente durante las primeras horas después de la medianoche, el fluido cerebroespinal “baña” el cerebro y lo limpia. Esta limpieza permite eliminar desechos del metabolismo y es crítico para mantener el cerebro en buen estado de funcionamiento. Para asegurar las horas de sueño adecuadas, es importante estar en cama entre las 10:00 y 11:00 p.m.
En estos momentos en que estamos en casa, no se recomienda tomar siestas, pues éstas podrían afectar nuestro horario y nivel de actividad.
No desahoguemos nuestra ansiedad en la comida
“En estos momentos es recomendable controlar o eliminar la ingesta de dulces y bebidas azucaradas, pues hay otros tipos de alimentos, como frutas frescas y jugos de frutas frescas, semillas y nueces y yogurt, que aportan más a nuestra salud e inmunidad, sobre todo en estos momentos”, enfatiza.
Para concluir, el dormir poco o mal, aumenta nuestro deseo de comer alimentos altos en azúcar y grasa, lo que nos puede predisponer a un aumento no deseado de peso.
