Abre en la ciudad de Nueva York Louis Vuitton 57th Street

Luego de una renovación que tomó varios años de la tienda insignia de Louis Vuitton en la 5ta Avenida en Nueva York, la Maison se complace en anunciar la apertura de la ambiciosa y expansiva tienda temporal en la locación de Louis Vuitton 6E Avenida y 57 Calle que alberga el café, tienda de chocolates y un concepto culinario global, además de una exclusiva colección cápsula de artículos únicos. Abrió sus puertas el 15 de noviembre y se ha convertido en el espacio más amplio de la marca en los Estados Unidos, su intención se extiende más allá del retail, abrazando la cultura de la Maison por la cual se rige la marca hoy en día.

Louis Vuitton & Nueva York: unidas a través del tiempo
Por más de un siglo, desde que la Maison empezó a vender sus productos en los Estados Unidos, desde 1898, Louis Vuitton ha forjado una conexión incomparable con Nueva York, donde el art de vivre francés ha sido interpretado de mil maneras con la influencia local.  La apertura en 1980 de la primera tienda independiente en Nueva York, en la calle 57, estableció a la marca como un destino de compras prominente.

Impulsado por la energía vibrante de la ciudad, la Maison propone una experiencia en tienda que de la bienvenida a los clientes para descubrir como el amplio mundo de Louis Vuitton abraza este intercambio dinámico a través del tiempo. 

Cinco pisos para descubrir
Desde la esquina noreste de la Quinta Avenida y la calle 57, Louis Vuitton temporalmente se reubicará en la dirección 6 East y 57 Street. muy cerca este edificio icónico, inspirado en el Art Deco, con una rica historia en el retail de esta ciudad, destaca por sus amplios ventanales a través de su fachada de ladrillos. Mientras que la arquitectura exterior y la distribución interna no han cambiado, la tienda renovada alberga una instalación monumental.  El espacio de entrada da paso a un atrio majestuoso que es el escenario de un conjunto de esculturas desarrolladas con MA’s Shohei Shigematsu, una firma basada en Nueva York, socia de la renombrada firma de arquitectura que fue responsable por la exhibición inmersiva alrededor de la historia de la marca en Bangkok, más temprano en el año.  

Como una convergencia surreal de la herencia en la fabricación de los baúles de la Maison con el paisaje de rascacielos de Nueva York, cuatro torres compuestas del icónico Courrier Lozine, 90 baúles ascienden 16 metros hacia el techo.  Los baúles están apilados con movimiento, balanceándose y girando y construyendo formas en zig zag mostrando tanto la fortaleza como la ligereza.  Cada uno se distingue por usar diferentes materiales de la marca – las rayas históricas, el clásico canvas del Monogram, Damier blanco y un Monogram metálico – el cual ha redefinido esta pieza atemporal del pasado al presente.

La parte trasera del atrio ofrece otra impactante instalación visual; bolsos como espejos que están apilados como ladrillos para construir una pared vertical de 18 metros de alto, transformando un elemento básico de la arquitectura en una escultura dinámica reflejando la tienda y las actividades que allí pasan.

Filas que se alternan de Keepall y la más pequeña Speedy, crean un efecto ondulante y rítmico mientras que la pared se extiende hasta el quinto piso.  Este montaje está bordeado por murales fotográficos de gran formato desarrollados por colaboradores de la Maison – Richard Prince, Yayoi Kusama, Supreme, Takashi Murakami, y Stephen Sprouse –reflejando la constante reinvención e iconografías simbólicas contra los contextos contemporáneos.  

Un estilo coherente introduce una calidez al existente crudo interior.  El universo Louis Vuitton ocupa cuatro de los cinco pisos, siempre proveyendo vista al atrio.  Concreto expuesto y pisos de madera se alternan con lujosas alfombras, mientras que los espacios están iluminados suavemente y configurados para lograr un flujo abierto.  El mobiliario de la locación anterior reaparece a través de la tienda manteniendo el compromiso de la Maison con la creatividad circular.  Nuevos lugares reflejan una curaduría cuidadosa de vintage coleccionable y mobiliario contemporáneo de diseñadores como Carlo Mollino, Charlotte Perriand, Christophe Delcourt y Pierre Augustin Rose, mientras que las obras de artistas basados en Nueva York y Estados unidos como Todd Eberle, Chris Martin y Caio Fonseca se muestran a través del espacio.

El primer piso está dedicado a las piezas de cuero, desde una selección expansiva de bolsos y elementos de estilo de vida a un nuevo salón de viaje, el DNA de la Maison, con los artesanos listos para personalización.  El universo femenino rodea el perímetro del segundo piso mientras que el universo masculino ocupa el tercero.  El quinto piso está dividido entre en espacios tipo lounge que consisten en tres salones íntimos, junto con un área para los Objets Nomades y las colecciones del Art de la Table.  Único en este piso está el cuarto secreto al estilo de un loft y que es accesible de uno de los salones.  Aquí el enfoque principal son los relojes de alta gama y joyería.

La primera planta está dedicada a la marroquinería, desde una amplia selección de bolsos y artículos de estilo de vida hasta una nueva sala de viaje que destaca el ADN de la Casa con un artesano de la personalización a mano. El universo femenino envuelve el perímetro de la segunda planta, mientras que el masculino ocupa la tercera. La quinta planta está dividida entre espacios privados de venta al por menor que constan de tres salones íntimos, junto con una zona para las colecciones Objets Nomades y Art de la Table. Esta planta cuenta con una sala secreta a modo de loft a la que se accede desde uno de los salones. Aquí, el centro de atención será la alta relojería y la joyería Louis Vuitton.

Un destino para la comida y cultura 
Abierto al público a través de las horas de operación de la tienda, los pisos cuarto y quinto es donde los clientes encontrarán una experiencia excitante y única en la ciudad de Nueva York.

Le Café Louis Vuitton, un café con aspecto de librería, fue concebido como un destino vibrante para los visitantes, que se sientan rodeados e inmersos en una atmósfera de inspiración cultural.  Al llegar a la recepción, los visitantes son acompañados al salón principal, donde se ubica el restaurante principal, una alcoba para lectura amoblada con sofás y un bar para 70 personas.

El espacio exuda diseño francés con un ambiente tipo loft local, el espacio está animado con libros de pared a pared que proveen un fondo confortable para viajar el mundo a través del arte, arquitectura, moda y cocina.  Libros siempre integrados en cualquier ambiente de Louis Vuitton, tendrán una presencia mayor gracias a las tablillas y anaqueles diseñados para enfatizar el display mientras que invitan a revisarlos.

El editor y curador Ian Luna ha supervisado la librería, privilegiando artistas de Nueva York como el tema principal – incluyendo colaboradores como Stephen Sprouse y Jeff Koons.  Aun así la lista es tan extensa; un clásico moderno de Rem Koolhaas compartiendo repisa con libros de creadores.  Junto con estos 600-650 títulos, los visitantes podran disfrutar libros de las Ediciones Louis Vuittton, mientras que la Maison continua ampliando su catálogo a través de varias series que giran alrededor de los viajes, estilo, y la herencia viviente de Louis Vuitton.

Merendando con lujo en Le Café Louis Vuitton
En medio de esta atmósfera iluminada y relajada, Le Café Louis Vuitton surge a la vida como el siguiente paso en la jornada culinaria de los chefs franceses  Arnaud Donckele y Maxime Frédéric, el celebrado dúo que ha continuado fortaleciendo su relación con Louis Vuitton desde laa apertura del restaurante  Arnaud Donckele y Maxime Frédéric en Louis Vuitton Saint-Tropez.  Los chefs se encuentran ahora lanzando un nuevo concepto culinario y de comunidad para la Maison.  

Para Nueva York han desarrollado un nuevo acercamiento a para el local con jóvenes talentos locales como Christophe Bellanca y Mary George a cargo de Le Café Louis Vuitton.  

El concepto está basado en la merienda con lujo – familiar, platos con porciones generosas reinventados con la misma cantidad de diversión y refinamiento, un intercambio de la creatividad francesa con un toque local.  Dibujado a partir de influencias globales, el menú muestra creaciones propias:  ravioles de langosta o trufa marcados con la flor del Monogram y tartaletas Damier rellenas con ingredientes frescos de temporada.  Los sandwiches Croque que probaron ser una sensación en París, hacen su debut trasatlántico.  Por supuesto, la hamburguesa, un favorito internacional, tendrá el tratamiento LV.


Una nueva comunidad culinaria toma forma 
Más allá que los conceptos culinarios existentes de la Maison firmados por reconocidos chefs, la apertura del Café de Nueva York con Christophe Bellanca and Mary George, el café se convierte en el escenario de una nueva comunidad culinaria de Louis Vuitton en la cual chefs locales destacarán sus talentos bajo la guía y mentoría de Arnaud Donckele y Maxime Frédéric.

Este modelo inspirador apunta a impulsar la visión y el talento de jóvenes estrellas en ascenso, incluyendo a chefs como Leonardo Zambrino de The Hall by Louis Vuitton – el restaurante de la Maison en Chengdu, China– quien fue recientemente premiado con una Estrella Michelin en septiembre 2024.  
Destacándose en diversas ideas y sabores locales, cada equipo de un nuevo café traerá su perspectiva única a la vez que se abrazan los códigos del savoir faire en el corazón de Louis Vuitton.


La llegada de los chocolates Louis Vuitton 
Finos chocolates se han convertido en otra expresión del savoir faire Louis Vuitton.  Siguiendo su éxito en París, Singapur y Shangai, Le Chocolat Maxime Frédéric en Louis Vuitton abre su primera locación en Estados Unidos y presenta un rango de barras icónicas y especialidades hechas a mano por el renombrado chef pastelero y su equipo en sus cocinas en París.

Nativo de Normandía y nieto de un granjero productor de leche, Maxime Frédéric discierne sobre materiales crudos, dibujando sus ideas y sabiduría a través de “Los secretos de la siembra”.  En su granja en Normandía, cultiva diferentes razas de gallinas que ponen huevos de distintos colores, con un amigo cercano en Montflanquin crece un tipo especial de avellana, más pequeña en tamaño y que produce un sabor más intenso; ambos ingredientes usados en varias de las creaciones de Maxime.

Otros ingredientes son buscados de las fuentes más finas, incluyendo frijoles de cacao de pequeños granjeros en Vietnam, Perú, Madagascar, República Dominicana y Säo Tome, cada locación ofreciendo un aroma sutil y específico.

Inspirados por los códigos de la Maison, Le Chocolat Maxime Frédéric en Louis Vuitton muestra un arreglo de dulces para todos los gustos, desde las clásicas barras de chocolate, sets de regalo y bombones de avellana, para crear displays más sofisticados de chocolate, como la Vivienne on a Malle (baúl) una caja de música inspirada en un centro de mesa que se mueve al girar una llave de chocolate y. nos permite ver a esta mascota de la Maison hacer piruetas sobre el baúl.


Una colección cápsula coleccionable
Para marcar la apertura de la locación de 57th Street NYC, una colección cápsula que comprende ready to wear tanto femenino como masculino, artículos de cuero, accesorios y sugerencias de regalo van a lanzarse como un tributo al estilo de la ciudad de Nueva York.  Bolsas para coleccionistas incluye la recién lanzada Neverfull Insed Out en color amarillo taxi, la Speedy Soft con forro amarillo y tags muy difertidos, la Capucines con paneles de los rascacielos de la ciudad, y la GO14 en oro claro brillante.  Vivienne regresa como una figura coleccionable que personifica el estado mental del neoyorkino , al igual que la vemos en artículos pequeños de cuero, un bandeau de seda y otras piezas que son perfectas para regalar.  En la colección masculina descubrimos los códigos de la precolección de la SS 25, inspirada en la iconografía de la vida en Nueva York.  La placa de los autos tan icónica de la ciudad se reduce a ser un charm para bolso que adorna la Avenue Slingbag y la Keepall, o un sello caliente en la billetera Slender, los tres con la línea de la herencia del Monogram en amarillo.  En la placa se lee “LV desde 1854”, un guiño juguetón a la fecha de fundación de la Maison.

Entre los atractivos espacios de la tienda y el caprichoso mundo del café, Louis Vuitton 57th Street NYC es una tienda temporal que aspira a dejar una impresión duradera tanto en los neoyorquinos como en los viajeros.

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