El pisco es sin lugar a dudas la bebida espirituosa de origen peruano que despierta pasiones en quien la prueba y llena de orgullo a los peruanos. La ruta del pisco es un viaje al pasado y al presente, que remonta al viajero hasta la llegada de las primeras cepas de vid procedentes de España y que echaron raíces en las fértiles tierras de lo que fuera el Virreinato del Perú, para luego trasladarlo al presente, donde con copa en mano saborea de un pisco mientras que en el horizonte el sol ilumina los viñedos de fructíferos valles y se oculta en el mar.
La referencia histórica y documenta más antigua de la elaboración del pisco data del siglo XVI, se trata del testamento de Pedro Manuel llamado “El Griego”, natural de la isla de Corfú, fechado en Ica el 31 de abril de 1613, donde de manera explícita se refiere a sus destilados “aguardientes” y al equipo que usaba para su elaboración, según lo indica el historiador Lorenzo Huerta.
Además, se sabe por referencias históricas de esas épocas que el pisco era bien apreciado por los viajeros que arribaban al puerto de Pisco, lugar desde el cual era exportada esta bebida espirituosa. A la fecha son más de 70 países – en cuatro continentes- los que reconocen la denominación de origen del pisco al Perú.
El pisco es uno de los más finos destilados de mosto de uva que existen en el mundo. En la actualidad, esta prodigiosa bebida es elaborada bajo una estricta norma técnica a la cual se ciñen las grande, medianas y pequeñas bodegas, muchas o casi todas llevan la tradición familiar de la elaboración del pisco, labor que ha pasado de generación en generación.
La ruta del pisco, es una invitación a visitar la costa sur del Perú. Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna son las únicas regiones reconocidas por las autoridades peruanas en la materia para la producción de pisco, cada una de ellas con un encanto y peculiaridad que las distinguen de la otra.
En Lima, la producción de pisco se sitúa al sur de la capital, mientras que en ella, ingeniosos bármanes le dan vida a audaces cocteles que se sirven en bares y restaurantes, mostrando la versatilidad de tan exquisita bebida que sorprende paladares, y va ganando adeptos en todas partes del mundo.
Ica, es la región donde se encuentra el histórico puerto de Pisco y de donde proviene la mayor producción, aquí en valles rodeados las dunas se extienden viñedos de uvas pisqueras que en los meses de febrero y marzo llegan a su esplendor. La oferta turística en esta parte de la ruta es amplia, aquí es posible visitar bodegas, degustar y aprender sobre elaboración del pisco, mientras que el desierto le ofrece al visitante la oportunidad de recorrerlo de día y de disfrutar de una mágica velada durante la noche.
En esta región también se encuentra la Reserva Nacional de Paracas, las Islas Ballestas y las enigmáticas Líneas de Nasca, lugares imperdibles de visitar.
En la región Arequipa, la producción de pisco se desarrolla en los valles de Camaná, Caravelí, Majes, La Joya, Santa Rita de Siguas y Vítor. Las bodegas más cercanas se encuentran a hora y media de viaje desde la ciudad de Arequipa.
Además de los bellos países que posee la campiña arequipeña, la gastronomía regional le ofrece al visitante exquisitos potajes, las picanterías brindan a los comensales tradicionales platillos como: el rocoto relleno, chicharrones y adobos de cerdo, chupe de camarones, entre otras delicias.
Continuando hacia el sur se llega a la región Moquegua, en el valle del mismo nombre y muy cerca de la ciudad se encuentran las bodegas de pisco, todas ellas con tradición familiar en la elaboración de piscos.
La ciudad de Moquegua conserva mucho de su estructura colonial, de calles angostas y casas de techo de mojinete le ofrecen al viajero una pausa en su viaje. La gastronomía local es rica en insumos del mar, a la vez que posee platillos de tradición andina. Sin embrago, son sus panes y dulces tradicionales como: el alfajor de penco, guargüeros, dulces de membrillo entre otros, los que terminan cautivando al visitante.
Al final de este recorrido se encuentra Tacna, conocida como “La ciudad heroica”, aquí las bodegas están cerca de la ciudad y al igual que en las otras regiones recibe cálidamente a sus visitantes ofreciéndoles degustaciones e información sobre la elaboración del pisco.
La gastronomía tacneña se marida muy bien con sus piscos, donde propios y vecinos no pierden la oportunidad de deleitarse los paladares y bien vale la recompensa cruzar la frontera. Entre sus platillos más apreciados están: la patasca, la cazuela y el sabroso picante a la tacneña, los cuales aún en muchos lugares son preparados en ollas de barro y al fuego de la leña.
Para conocer más sobre la historia del pisco, sus rutas, recetas de cocteles puede ingresar a www.peru.info/es-pe/piscospiritofperu y para participar de las actividades de Pisco Week LATAM hacerlo a través de www.piscoweek.piscospiritofperu.com.pe.